Ah,basta de Pensar!

Supongamos, que me gusta un chico. Y ese chico es lindo, divertido, atento, cordial, caballero, pancita llena corazón contento, inteligente, estudioso, y con la altura perfecta para besarlo. Supongamos eso. Y también, supongamos, que vive muy cerca de mi casa, y todos los días me deja una florcita de su jardín, y me escribe algunas líneas que luego me recita desde la ventana. Y pronuncia cada rato: “Ohhh bella Doncella, me encantas!!”…hasta que en una ocasion crucial, yo interrumpo alarmada, diciendo: “Cuidado atrás! Un mutante!” Pero, supongamos que no hubo mutante...y que la noche siguió tranquila entre serenatas dulces y guitarras armoniosas. Pero como no fue así, les comento también que el mutante era rojo, si, ROJO! Y que daba miedo...entonces mi caballero saltó la ventana, asustado; me tumbo como rugbier, sediento de barro y golpes, y supongamos que intentó besarme, en lugar de protegerme del monstruo mutante de tres ojos, y...ROJO!! Y supongamos, que excitada, yo lo besé desesperadamente -en lugar de correr del mutante asesino que se veía en el patio- y que la noche continuó entre lujuria, pasiones, y romance; en lugar de pasarla lejos de la ventana y con la luz prendida.
Cuando en realidad el engendro era un simple vecino que venía de una fiesta de disfraces, supongamos que todo fue una estratagema ideada por mi poeta, solo para trepar por mi pared hasta llegar a mi ventana; para luego escalar mis piernas hasta llegar a mis... ojos azules y brillantes que esperaban que su boca dulcemente besaran mis labios.
Pero supongamos que no dije lo anterior porque es cualquiera...
Y continúo diciendo: que este chico que me gusta, es perfecto, y lo de la panza y todo eso...
Y que sí, canta y dice poesías... le gusta darme regalos peculiares y eso, además que escucha música clásica. Si, también podría decirles que da unos besos hermosos -pero lógicamente, suponiendo que nos besamos alguna vez- y que tiene una piel suave como el algodón (Platero es pequeño, peludo y suave, tan blando por fuera que se diría todo de algodón- Juan Ramón Jiménez, no se burlen-). Supongamos que hubo sí, noches hermosas donde recitaba, pero nada de monstruos (ojo el dato ahí eh!), ni vecinos escabiados disfrazados, paseándose por MI patio y todo eso. Pero continuando, esas noches eran hermosas, y prohibidas...pero no había momentos mas reales y peligrosos, que los que corrían en aquella alcoba, en aquel camarote, antes de chocar con el maldito iceberg, que hizo que el ''Titanio'' se hundiera en las profundidades del océano Índico, salvándome yo (y no mi hombre) gracias a la cortesía de un elefante marino que se iba a Pt. Pirámides a copular, y me ofreció ayuda...sin pensarlo, subí a su espalda, soportando la fuerte imagen de mi poeta preferido en las aguas tropicales...AH! Y supongamos que los icebergs no se derriten con el calor, y que en el índico está lleno de esos, (no existe en los relatos entretenidos verdades meteorológicas).
Cuando mi pobre animalito no me soportó más encima suyo, de la nada y como desde el horizonte, caído del cielo, en su moto de agua modelo honda civic 007 (como el agente) y con su traje de nioprene (y su jopito al estilo Elvis Presley) apareció el hermano de mi difunto/ahogado amor.. Este no es ni tan poeta, ni tan romántico, y tiene manos ásperas, pero era lo único que había en el medio de la nada del salado mar. Con su voz varonil me dijo: "ven conmigo nena, yo te alcanzo hasta la 'Costa'; dicen que la fiesta de hoy se re pone, ¿Querés una entrada anticipada? Te la dejo un toque mas barata así, solo porque sos vos y porque me re cabe la onda de tu elefante marino. Te llevo hasta allá, y después te invito una Stella Artois" Yo, mirándolo con mis ojos azules abiertos a mas no poder, le dije: '' Y bueno, daaaale”.
Y mientras iba en la moto, con la brisa haciéndome cosquillas en el rostro y el agua salpicándome todo el cuerpo, pensé: ''quien necesita un hombre lindo, divertido, atento, cordial, caballero, pancita llena corazón contento, inteligente, estudioso, y con la altura perfecta, si al final me puedo quedar con uno que me alcanza hasta la 'Costa', me hace descuento para entrar a la fiesta y me malcría el lobo marino''.

La moraleja de ésta experiencia es que, no nos quedemos con el sensible y maduro hombre, porque sino habría que seguir suponiendo cosas imposibles, no? (ya que éstos se extinguieron junto con los dinosaurios). Y así se puede estar toda una vida entre sueños y aventuras imaginarias, dejando pasar a quienes son torpes, algo cortos, pero reales y con sentimientos posta. Y que tampoco hay que dejar que ningun vecino merodee el patio, por lo tanto recomiendo que si este es el caso, dejar el porton cerrado, con trabitas y llave. Y ante cualquier duda, consultar al 0-800-mivecinomeacosa, y nuestras operadoras lo atenderan al instante.Y si llaman dentro de los proximos diez minutos, le regalaremos un disfraz de mutante para que se vengue de sus vecinos.

Desde ya, muchas gracias.

-Juli y Ana con algún que otro capuccino de mas-